“La subyugación milenaria de la vida impulsiva creó suelo para el temor sicológico de las masas a la autoridad y la sumisión a esta, para la increíble humildad, de un lado y la brutalidad sadística de otro lado y fue con base en eso que la economía de lucros capitalista de los últimos 200 años pudo expandirse y sobrevivir. Que esta masa sufre de miseria inaudita, ella misma la experimenta diariamente y a todo momento. El hecho de querer dar a ella apenas pan, y no todos los placeres de la vida, fortalece su humildad. El cerne de la felicidad de la vida es la felicidad sexual. En eso, persona alguna con algún peso político osó tocar.”
“El amor, el trabajo y el conocimiento son las fuentes de nuestra vida. Deberian también gobernarla.”
Wilhelm Reich, un científico que molestó la derecha y la izquierda, la moral religiosa y la sicoanálisis de Freud. En su obra, ‘Sicología es siempre Política’. Y fue justamente esto que Soma rescató en las investigaciones reichianas, para tornarla la principal referencia teórica de nuestro trabajo.
El austríaco Wilhelm Reich (1897 – 1957) realizó sus investigaciones en varios campos, en la Sicología, la Biología y la Política. Reich construyó una obra monumental a partir de la “descubierta” del inconsciente por Sigmund Freud, de quien fue discípulo y posteriormente uno de sus mayores críticos. Las tesis reichianas, de que la neurosis es un producto social y la relación entre el inconsciente y el cuerpo, apuntaron para una nueva posibilidad de abordaje dentro de la clínica sicológica: la terapia como pedagogía política, un proceso libertario de (re) conocimiento de si a partir del cuerpo y sus reacciones, posturas, movimientos y comportamientos.
Roberto Freire encontró en Wilhelm Reich lo que más sintió falta en la Sicanálisis: visión política y contenido ideológico. Reich, a parte de haber sido uno de los principales miembros de la Sociedad Sicoanalítica, fue también militante del Partido Comunista. Terminó expulso del Partido por causa de sus ideas revolucionarias y anti-autoritarias, pero antes desarrolló un trabajo pionero de educación sexual, llamado Sexpol, llevando información y debate para el proletariado alemán. Estas investigaciones marcaron sus divergencias con Freud cuanto al origen de la neurosis. Reich defendió la tesis de que, más de lo que inmanente y antropológica, las dificultades y problemas emocionales son producidas por la represión sexual.
La moral, familiar y religiosa, genera un conflicto entre el impulso biológico, el deseo como brújula, y el medio social, el juzgamiento como disciplina. La amenaza de ser condenado y rechazado, disimulado en la sutileza de los juegos y chantajes afectivos de las familias burguesas, lleva a un control inconsciente del colectivo sobre la individualidad, dónde la norma, la regla y la ley van formateando el comportamiento.
La otra tesis reichiana materializa la idea de inconsciente. Reich estudió la relación cuerpo/mente y demostró en sus investigaciones como la represión actúa sobre las posturas y movimientos corporales, creando lo que él llamó de “casco neuro-muscular del carácter”. Esta cronificación que atinge el cuerpo mecaniza el comportamiento a través de los “disturbios neuro-vegetativos”, reacciones e alteraciones corporales y emocionales que se repiten delante de situaciones sociales de enfrentamiento entre la individualidad y el (los) otro (s). Para Reich, la neurosis se instala en el cuerpo y se manifiesta en las sumisiones y autoritarismos que reproducen un engranaje necesario para la manutención del poder de muchos sobre uno. Este es el gran instrumento de dominación, sutil y perverso, porque estandariza la mediocridad de la servidumbre voluntaria y bloquea los potenciales de diversidad humana.